¡Buenos días a todos!
El pasado jueves 24 de octubre realicé una visita al
Museo Arqueológico de Murcia con mis compañeros de la asignatura de TIC para
ampliar nuestro conocimiento sobre la implantación de las TICs desde un punto
de vista totalmente práctico. Tras una breve introducción en el salón de actos
de la evolución de los museos y el cambio de visión han tenido a lo largo del
tiempo por el público, hicimos un recorrido para ver la aplicación de algunas
de las herramientas que utilizan en el MAM. Antes de poner algunos ejemplos, me
resulta imprescindible comentar el enfoque que se intenta llevar a cabo en la
actualidad a la hora de organizar un museo o exposiciones temporales. El
momento en que nos encontramos, museísticamente hablando, podría definirse con
las palabras interactividad y personalización, donde lo que se busca es una
participación activa de los visitantes en el aprendizaje, así como una
compensación con los distintos rangos de edad que visitan el museo. Además de
la parte material, la persona será la referencia en la confección de las salas
y exposiciones, adaptándose al público y a su lenguaje y creando nuevas
realidades museográficas.
Si tuviéramos que elegir una aplicación importante
utilizada por el museo, sin duda sería la aplicación NaviLens GO. Aunque en sus
inicios fuera concebida para personas con capacidad reducida, su empleo se esta
llevando a cabo en numerosas áreas, tanto en nuestro caso, el museo, como
incluso en líneas de tranvía u otros medios de transporte. Mucho más sencillo
que el código QR y más fácil de escanear la etiqueta, la aplicación te ofrece
una ampliación de contenidos sin necesidad de descargar ni ocupar espacio en tu
dispositivo. Puedes encontrar vídeos, imágenes, enlaces a páginas web,
información extra de la pieza o lugar seleccionado, etc. Con este sistema, el
museo pasará a ser “a la carta”, pues podrás ir escaneando y obteniendo
información extra de lo que más te interese. El uso de esta aplicación lleva
consigo la disminución de la información en paneles, cartelas e incluso vídeos,
lo que puede generar también problemas para la gente (aunque hoy en día sea poca)
que no tenga móvil o dispositivos para usarla. Por lo que es muy importante
encontrar un equilibrio entre la información recibida en modo físico y en
virtual. Considerándome una persona tradicional a la hora de ir a ver un museo,
creo que existe también el riesgo de perder algo de perspectiva con los
materiales expuestos o las recreaciones realizadas, pues el visitante podría ir
directamente con el móvil de etiqueta en etiqueta sin pararse detenidamente a
observar y mirar los objetos y piezas de las vitrinas. Para mí, creo que es
totalmente complementario, pero debería ir en un segundo plano sin dejar de
primar la observación por ti mismo. Terminando con esta aplicación, también
existe la variante NaviLens, que servirá para poder moverse con sus indicaciones
por el museo, además de ir dándote información de lo que tienes en todo
momento. Imprescindible para las personas con discapacidad. A modo de mejora,
desconociendo si la aplicación contiene o no visitas especificas o temáticas
(al margen de las que se hacen puntualmente), sería interesante que bien en
papel (quizá más pesado y menos dinámico) o bien a través de esta u otra
aplicación, pudieras seleccionar entre varios tipos de visitas con variedad
temática o geográfica y que la aplicación te fuera guiando o llevando de forma
independiente de pieza a pieza. No empleándolo solo cada cierto tiempo en algún
evento, sino ofertarlo de forma habitual.
Además de esta aplicación, vídeos, pantallas
interactivas, etc., no debemos olvidar la importancia de las bases de datos
para inventariar el museo de forma digital. Aunque esto lleva muchos años ya
aplicado a toda la recolección de información, ya sea en la administración o
empresas de todo tipo, es imprescindible para poder catalogar y ordenar todas
las piezas y hallazgos que faciliten la salvaguarda de las mismos.
En lo que respecta a la aplicación de las TICs en la
temática de mi blog, lo veo complicado por dos aspectos. El primero es, por
supuesto, la poca relevancia que tienen los molinos en cuanto a patrimonio,
dificultando totalmente que se lleven a cabo inversiones tecnológicas en ellos.
El segundo es la distancia geográfica que hay entre unos y otros, no teniendo un
emplazamiento común y necesitando “duplicar” todas las mejores en cada unos de
los molinos restaurados y conservados. Por supuesto, poniendo una etiqueta al
modo NaviLens nunca estaría de menos y llevaría al visitante un poco más allá,
pero el problema es el motivo de visitarlos, la puesta en valor y la promoción
de los mismos. Una idea que me surge y que puede o no tener relación con las
tecnologías, es la organización de recorridos (guiados por una aplicación o por
un mapa elaborado) yendo de molino en molino (empezando por los cercanos al
casco urbano de Cartagena). Al modo de la ruta de las fortalezas, donde con la
base de un deporte se va pasando por distintas baterías y castillos en
Cartagena, creo que estaría interesante organizar una ruta-visita por algunos
molinos que por lo menos le haga llegar al público que existe un patrimonio
rural importante y que además se está deteriorando y perdiendo.
Para terminar, comentar en defensa de los recursos
tradicionales el uso en una zona del museo de un espejo que reflejaba al
encenderse una luz la evolución de una casa en la prehistoria. Es algo realmente
simple pero que logró captar mi atención de una manera asombrosa.
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Foto el día de la visita al MAM, jueves 24 de octubre de 2019 |
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